Modelos argentinas que marcaron mi adolescencia (y mi tendinitis)
Crónica de un argentino confundido entre el despertar hormonal y la televisión por cable A ver, si naciste entre fines de los 80 y principios de los 2000, sabés exactamente de lo que hablo: hubo una época dorada —una era mágica y peligrosa— donde las modelos argentinas no solo estaban en todas partes, sino que además te hacían sentir cosas que ni el profesor de biología podía explicarte sin sudar. Y no, no estoy hablando solo de chicas lindas. Estoy hablando de iconos nacionales, verdaderas esculturas en movimiento que aparecían en la tapa de revistas, en publicidades de shampoo o aceite para autos, y por supuesto, en esos programas que oh casualidad, uno miraba “por el contenido”. La prehistoria del deseo: cuando no había Instagram, pero sí revista Gente Antes de que las redes sociales convirtieran a cualquier ser humano con filtros en “modelo/influencer/astróloga/coach”, nosotros teníamos que esforzarnos para ver una foto sensual. Y cuando digo esforzarnos, lo digo literal: te robabas la Gente o la Paparazzi del kiosco con los ojos, porque pedirla era un papelón y comprarla un gasto que atentaba contra el saldo para la Coca. Ahí estaban ellas. Pampita en la playa, sonriente, con ese aura…